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martes, 4 de octubre de 2011

La inmersión lingüística, un tremendo engaño

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El sistema de inmersión lingüística se introdujo en Cataluña en 1979, cuando un 24% de la población no entendía el catalán y un 61% de los habitantes de la provincia de Barcelona habían nacido fuera de Cataluña.  Se basó en un método experimental nacido en la misma década de los setenta en Canadá, para definir los programas en los que un grupo de estudiantes anglófonos se educara en francés, lengua minoritaria en el medio social.

Más de treinta años después de empezar a aplicar el modelo, el 95% de la población catalana entiende el catalán y la casi totalidad de los habitantes entienden el castellano.

Pero como demuestran numerosos estudios este sistema no es el mejor método para introducir a todos los niños en todas las circunstancias a una segunda lengua (en este caso el catalán)

En primer lugar (1), el sistema parte de la base de que todos los escolares inscritos en un programa de inmersión desconocen la lengua vehicular.  Es decir, que todos los estudiantes catalanes tienen como lengua materna castellano, u otra lengua diferente al catalán.  Seguro que el lector conoce casos en lo que esto no es así.
Todos los expertos coinciden en afirmar que para que estos programas tengan éxito, deben efectuarse de modo voluntario y fomentarse actitudes de respeto hacia ambas lenguas.
También hay estudios (2) que afirman que el niño debe haber llegado a un conocimiento determinado de su propia lengua para introducir la lengua vehicular con éxito y sin daño cognitivo para el niño.

La inmersión en Cataluña no solo es obligatoria sino que también es precoz, desde que el niño pisa la etapa preescolar, a los 3 años

Es cierto que el castellano no sufre peligro de extinción en Cataluña. El castellano es un idioma que uno escucha en la televisión, en la radio, lee en libros y prensa (quienes lean).  La pregunta fundamental es entonces si este castellano ambiental es suficiente como para garantizar el conocimiento del castellano escrito. Dentro de un tiempo puede pasar lo contrario que les ocurre ahora a algunas personas de familia catalanoparlante, que fueron al colegio durante el franquismo. Pueden hablar catalán muy bien, pero necesitan un gran esfuerzo para superar las pruebas de suficiencia de catalán (el nivel C), porque no recibieron enseñanza de gramática ni escritura. ¿Eso es lo que queremos para los chavales catalanes con respecto al castellano, que sólo aprendan de 'lo que oyen por ahí'?

Ciertamente dos horas a la semana para la enseñanza del castellano no parecen suficientes para garantizar su buen aprendizaje.

Y eso es lo que le pareció en 2006 al Ministerio de Educación, que intentó obligar por Decreto Ley a instaurar la tercera hora de castellano en las aulas.  Un mínimo de tres horas semanales en las que se explique lengua y literatura en castellano.
¿cómo es posible que los políticos catalanes armaran entonces tanto revuelo, calificando incluso el real decreto como "un auténtico misil que va en contra las competencias de la Generalitat.

La encarnizada (y por otra parte ridícula) lucha política que tuvo lugar por esta insignificante hora semanal de clase en castellano se puede resumir así:

…que se aprobó una ley en su momento,
…que la generalitat no aplicó,
…que alguien llevó hasta el Tribunal Supremo,
…que este dictó sentencia a favor de que la ley se aplicara,
…que alguien reclamó insistentemente su aplicación,
…que alguien en la Generalitat dio largas a la implantación de la ley
…que finalmente en el 2008 encontraron la manera de no aplicar -->la ley
...que el Ministerio de Educación sigue esperando a día de hoy que se imparta la tercera hora de castellano.

Como pueden ver sus señorías han estado muy entretenidos durante más de 5 años, por una hora semanal de clases en castellano.  ¿No es posible que nos estén tomando el pelo?

Y ahora mismo, nos encontramos en el mismo tipo de conflicto, esta vez a causa de una Sentencia del TSJC, que dice, muy resumidamente:
- que se debe incluir el castellano como lengua vehicular
- que se aplique el modelo lingüístico en función de los requerimientos de las familias
- que el castellano no debe quedar reducido en su uso "al de objeto de estudio de una asignatura más"

Y una vez más, comienza el baile:
Joan Herrera:
-->“Hay instrumentos para no acatar la sentencia del TSJC.
Duran i Lleida
-->cree que la sentencia del TSJC es un "atentado" al aval de la UE.
Joan Puigcerós
-->instó al Gobierno de CiU y al Parlamento catalán a "plantar cara" a la sentencia de TSJC y a "dar cobertura a los profesores" que decidan no acatar la sentencia
Artur Más:
-->"no cambiará el sistema de inmersión lingüística en Cataluña por mucho que  nos toquen las narices"

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En fin, deben estar muy convencidos, estos señores, que realizar un porcentaje de clases en castellano es muy dañino para el aprendizaje del catalán.


-->Pero entonces, ¿cómo es posible que esté permitido dar hasta un 30% de clases en francés? -->Pues sí, existe la posibilidad, para colegios concertados y públicos.  En francés si, en castellano no.  Juzguen ustedes mismos.

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¿No sería más lógico establecer unos mínimos para cada una de las dos lenguas vehiculares?  Entonces un centro escolar podría establecer que «en primaria se cursarán materias en catalán y en castellano; en secundaria se incluirá también el francés o el inglés, el objetivo no es solo que hablen y se expresen oralmente y por escrito en estas cuatro lenguas, sino que dominen su uso en ambiente académico e intelectual.»
Pues no, eso es un ataque frontal al sistema de inmersión obligatoria en catalán.  Es intolerable para los centros públicos.  Pero si que es posible para el centro privado -->
donde el molt honorable Artur Más, president de la Generalitat, ha estudiado, y donde estudian sus hijos.


-->Padres y madres catalanes y/o residentes en Cataluña:  --> 

¡no os dejéis engañar! 
 
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Lo que quieren imponer a los demás no lo quieren ni para sus propios hijos.
Simplemente no quieren mejorar el sistema educativo.  Lo único que quieren es, unos y otros, encender el debate identitario, mientras perjudican a millones de estudiantes.