Queridas hijas:
El patriarcado, que proviene de las palabras griegas “mandar” y "padre" ha permitido al hombre, durante milenios, ejercer una posición dominante sobre todos los aspectos de la vida de la mujer. Parece que, en algún momento fatídico de la Civilización, el tejido del matriarcado se desintegró coincidiendo con la aparición de las religiones monoteístas, que ineludiblemente identificaban a un Dios masculino. Estas creencias casi siempre fueron utilizadas para justificar una devaluación de la mujer.
Aristóteles, considerado por muchos como la figura intelectual más importante de todos los tiempos, afirmaba en su obra De generatione animalium que las mujeres eran "hombres mutilados", seres inferiores porque tenían la sangre "más fría", algo que mermaba su capacidad para razonar. Una frase atribuida a Buda atestigua que "el cuerpo de la mujer es sucio y no puede ser depositario de la ley". Una oración hebrea reza "Adorado seas Señor, nuestro Dios, Rey del Universo, que no me has hecho mujer". Santo Tomás de Aquino escribió: "El hombre está por encima de la mujer, como Cristo está por encima del hombre". Sigmun Freud, en 1932, justificó la agresión masculina a su pareja porque satisface la "necesidad de sufrir" de la mujer, a quien le achaca una personalidad dependiente y perdedora. El masoquismo es pues una "expresión de la naturaleza femenina". Y esto son sólo pequeños ejemplos de la humillación que ha tenido que sufrir la mujer.
La dedicación exclusiva a la maternidad a la que se obligó a la mujer extremó la dependencia económica femenina y, con ello, el sometimiento forzoso del sexo femenino al masculino. Las mujeres se vieron así degradadas a una condición casi subhumana.
Pero el siglo en el que nació vuestro padre todo eso cambió mucho, y gracias al esfuerzo de infinidad de mujeres , y de algunos hombres, se fueron eliminando poco a poco las injusticias que tenía que sufrir la mujer, por el simple hecho de ser mujer.
Pero incluso durante el siglo en el que nació vuestro padre se han producido retrocesos en los Derechos de la Mujer. Empezando por España, donde a la mujer española se le arrebataron durante la dictadura franquista los derechos que la Constitución de 1931 le había otorgado, como la igualdad con respecto al varón y el derecho a voto. Con el Régimen, la mujer pasó a asumir el papel de madre y esposa.
Hasta un año antes de que vuestro padre naciera, la mujer en España necesitaba la autorización de su marido para trabajar, y debía solicitar su permiso para cualquier actividad imaginable, como abrir una cuenta en un banco, comparecer en un juicio, o aceptar una herencia.
Pero todo eso cambió durante la última parte del siglo pasado, el país en el que vosotras habéis nacido se convirtió en uno de los más avanzados del Mundo en Derechos de la Mujer.
Pero aún quedan muchas cosas por hacer. Hoy en día todavía quedan lugares en el Mundo en los que la situación de la mujer es inaceptable.
CHINA - Política del hijo único, y el valor de la mujer
El gobierno totalitario chino estableció, en 1979, la llamada política del hijo único, para establecer un radical control de la natalidad que redujera la superpoblación. Esta política ha tenido una influencia dramática sobre la situación de la mujer en China.
En la mayoría de las zonas rurales, se permite a las familias tener dos niños si el primer niño es femenino o lisiado. Ese es el valor que concede el gobierno chino a la mujer. Las mujeres son sólo valoradas por su utilidad y “constituyen el artículo de comercio más preciado en la vida de los aldeanos”. El intercambio de mujeres entre hombres está al orden del día, igual que la cesión de hijas recién nacidas.
La tradición de preferir los varones en lugar de mujeres como hijos únicos ha profundizado el infanticidio femenino mediante el aborto selectivo. Con la política de planificación familiar desde 1980, la tasa de mortalidad de niñas aumentó considerablemente.
Sin embargo las campañas que promueven -sobre todo en las zonas rurales- a que acepten a una mujer como su única descendiente tomará tiempo. Mientras no haya un cambio en la mentalidad de la población, y se consideren las niñas como iguales o más valiosas que los varones, seguirá habiendo un gran número de abortos selectivos por sexo, y continuará el tráfico de niñas y mujeres como mera mercancía.
INDIA - La mayor democracia del mundo, un inmenso sistema patriarcal
En la India nacer niña se considera todavía hoy una carga familiar. El hijo varón perpetúa el linaje, hereda la propiedad y cuida de sus padres en la vejez, mientras que, en el caso de las niñas, los progenitores deben pagar una cuantiosa dote a la familia del novio.
La mujer, al igual que ocurriera en España, está inmersa en un sistema patriarcal en el cual es tratada como una menor de edad hasta su muerte.
En la última década han muerto siete millones de niñas por el aborto selectivo, y se estima que murieron un total de 50 millones el siglo pasado.
Existen graves peligros que afectan a las mujeres como la violación, los matrimonios forzados y el tráfico sexual. Las chicas forzadas a la prostitución provienen de las villas y son llevadas a las grandes ciudades donde son vendidas como esclavas sexuales.
Cada año, millones de niñas de la India se casan siendo niñas. En algunos casos, las novias no tienen más de 4 o 5 años de edad. Los matrimonios con niñas son ilegales en la India, pero aún así la práctica está creciendo. Para la mayor parte de los pobres del área rural de la India, que viven con menos de $1 por día, casar a una hija significa una boca menos que alimentar.
Solo un pequeño porcentaje de mujeres en India son profesionales. La gran mayoría son vistas como altamente dependientes y no productivas, lo cual no “le agrega valor” a la familia. Las mujeres llevan todas las de perder ya que ni siquiera se han reformado los derechos sobre la propiedad. Aún en las familias pequeñas, la gente se asegura de tener un hijo varón.
Se les niega el acceso a la educación, la dignidad o sus derechos más básicos, lo cual genera en muchas una gran depresión y muchas veces optan por quitarse la vida. El suicidio femenino es en la India seis veces más probable que el masculino.
No hay manera de imaginar lo increíbles que podrían ser el crecimiento y el desarrollo de China e India si fueran capaces de liberar y aprovechar las capacidades y fortalezas de los más de mil millones de mujeres que viven en estos dos países.
Pero aunque parezca increíble aún hay un lugar en el que las mujeres están sufriendo más que en India o China: la zona de asia central formada por Pakistán y Afganistán.
SOMETIDAS A LA SHARIA
El movimiento fundamentalista talibán opera en Afganistán y Pakistán, y tuvo el control de la capital de Afganistán (Kabul) y la mayor parte del país durante cinco años.
En el poder, los talibanes forzaron una de las más estrictas interpretaciones de la ley Sharia como nunca se había visto en el mundo musulmán, que se hizo famosa internacionalmente por la forma de tratar a las mujeres.
Sometidas al movimiento talibán, y tristemente famosas por verse obligadas a llevar el Burka estas mujeres están sufriendo un infierno inimaginable para cualquier mujer occidental.
Las mujeres se vieron obligadas a usar el burka en público; no se les permitió trabajar ni recibir educación después de los ocho años, y hasta entonces sólo se le permitía el estudio del Corán; no se les permitió ser atendidas por médicos de sexo masculino si no eran acompañadas por un hombre, lo que llevó a que muchas enfermedades no fuesen tratadas; se restringió enormemente la libertad de circulación de la mujer, hasta el punto de que las mujeres sólo podían viajar acompañadas por un familiar varón; las mujeres se enfrentaron a la flagelación pública en la calle, y la ejecución pública por violaciones de las leyes de los taliban. Las malas condiciones sanitarias y la malnutrición hicieron del embarazo y el parto situaciones excepcionalmente peligrosas para las mujeres afganas.
Pero poco a poco, y gracias a la presión internacional, los talibán están perdiendo poder. Igual que durante el siglo pasado, todavía quedan muchas mujeres valientes, dispuestas a luchar por sus derechos, como
Malala, una niña a la que los talibán dispararon por ir a la escuela.
Todas ellas conseguirán culminar lo que empezaron sus predecesoras en el mundo occidental. Todas estas sociedades evolucionarán poco a poco hacia una sociedad más justa e igualitaria.
EL SIGLO DE LA MUJER
Queridas hijas, no podéis imaginar lo feliz que me hacen todos los avances en los Derechos de la Mujer que se dieron en el siglo en el que nací. Si hubiera nacido en un siglo anterior, tendría que sentirme desgraciado si no hubiera tenido ningún hijo varón. El valor que se le daba al Hombre era muy superior al de la Mujer, y no habría podido evitar sentir una gran decepción hoy.
Y aún hoy, si vosotras hubierais nacido en algún otro lugar, os habría condenado a vivir una vida dura, cruel, y peligrosa.
Por eso me alegro tanto de que vosotras hayáis nacido en este lugar, y en este siglo.
Estoy convencido de que cuando tengáis edad suficiente para comprender lo que os cuento aquí, todas esas injusticias serán sólo un recuerdo del pasado, y no habrá ya lugares en el Mundo en los que nacer mujer suponga una desgracia. La lucha de miles de mujeres valientes como Malala habrá dado sus frutos, y el valor de una mujer para la sociedad será, como mínimo, igual al de un hombre.
Nada me hace más feliz hoy, el día del nacimiento de mi tercera hija, que haceros este regalo:
Os regalo este siglo, el siglo de la Mujer, para que lo viváis, para que escribáis su Historia.