miércoles, 16 de noviembre de 2022

El capricho de los mapas, y su efecto en las civilizaciones (y por qué Cristobal Colón descubrió América)


Me encantan los mapas. No lo puedo evitar. Nunca he estudiado Geografía más allá de lo que me enseñaron en mi ya lejana época del instituto, pero siempre he tenido una especial fascinación por la curiosa forma con la que la naturaleza o la ambición humana han formado los límites de ciudades, regiones o países, y la inmensa cantidad de información que se puede sacar simplemente contemplando un mapa.


Os voy a poner un ejemplo, y vais a entender lo que quiero decir.  Mirad este mapa:




Lo reconocéis, claro, es nuestro mundo, lo habéis visto mil veces. No voy a entrar en cosas como las proyecciones cartográficas o en cómo es imposible representar una esfera (nuestro mundo) en un plano en 2 dimensiones sin deformarlo en algún punto, y que elijamos la proyección que elijamos estamos distorsionando la realidad. Ese tema me parece también apasionante, pero hoy quiero hablar de un tema mucho más sencillo.  Vuelve a mirar el mapa, y dime a primera vista qué forma tienen los continentes, qué diferencia fundamental hay entre la parte de la izquierda (América) y el bloque de la derecha. 
Exacto. América sigue (más o menos) una distribución vertical, y el bloque euro-asiático sigue (más o menos) una distribución horizontal.




Por supuesto esto ha sido una aproximación muy burda, lo que los ingenieros llamamos trabajar con una vaca esférica.  Me dirás que como poco me falta África y Oceanía, y tienes razón, pero nuestro análisis será suficiente ver el mundo de esta forma, América es vertical y Eurasia es horizontal. 


¿Y cómo te quedas si te digo que esta casualidad de la tectónica de placas, este capricho del destino de las masas terrestres de nuestro mundo, ha influido drásticamente en la Historia de la Humanidad?




Bueno, aunque te parezca que estoy loco ésta es una teoría desarrollada ampliamente por el geógrafo e historiador Jared Diamond en varios de sus libros, sobre todo en Armas, gérmenes y acero. Sería muy difícil resumir aquí el desarrollo de su argumentación, pero en este libro el autor nos explica entre otras cosas por qué fuimos los europeos quienes estábamos más desarrollados y llegamos a descubrir y colonizar el primitivo continente americano, y por qué no fue al revés.


Sólo te pondré un pequeño ejemplo de su argumento: la domesticación de los vegetales.


Sí, lo sé, estoy diciendo cosas muy raras.  Pero piénsalo, el ser humano evolucionó en los últimos miles de años sobre todo cuando pasó de cazador nómada a agricultor y ganadero.  

En algún punto de nuestro pasado descubrimos cómo domesticar a algunos animales que pasaron a acompañarnos ya para siempre, y también algunas plantas, que pasaron a crecer felices y sin mucha competencia (nosotros nos encargamos de destruirla) a nuestro alrededor, para darnos alimento. Entre ellos, tres cereales que constituyen la base de la alimentación de millones de personas: el maíz, el trigo, y el arroz. La razón principal de su éxito es la facilidad de producir con ellos sus respectivas harinas de forma masiva, que son la base de muchos otros alimentos.  Pero no nos desviemos, volvamos al mapa.  Si pensamos un poco, podemos casi adivinar en qué zona fueron domesticados por primera vez estos alimentos, una zona lo suficientemente cálida para que no se congelen, y no lo suficientemente tórrida para que se sequen y no puedan crecer. 

Sí, todos sabemos que cuanto más al Norte (y al Sur) en nuestro mundo hace más frío, así que la zona idónea será la zona cercana al Ecuador, esquivando las zonas desérticas. Sabiendo esto no te sorprenderá que estos tres alimentos (y muchos otros) empezaron a ser domesticados y cultivados por los humanos en una franja estrecha cercana a lo que se llama Trópico de Cáncer. 



Vale, entonces digamos que has descubierto un cereal muy prometedor para dar de comer a toda tu familia, toda tu tribu e incluso a toda tu civilización. Ahora quieres extender este descubrimiento al máximo de lugares posible para convertirte en el más poderoso de todos los pueblos y vencer al resto de pueblos débiles y hambrientos que aún no lo han descubierto, y no tienen a sus soldados tan bien alimentados como los tuyos. Como ya hemos visto, la extensión de estos exitosos cultivos se verá más favorecida en el eje horizontal Este-Oeste (donde las condiciones climáticas serán similares) que en el eje Norte-Sur (donde cambiarán drásticamente). 

En general lo podemos representar así:




De una manera un poco exagerada y simple, pero así podemos entender que el cultivo de los cereales tuvo mucha más facilidad para extenderse horizontalmente que verticalmente. 

Creo que ya vais viendo por donde voy.  Si ahora ponemos en el mapa, más o menos, las zonas donde se consiguió domesticar y cultivar por primera vez cada uno de los alimentos, veréis la magia de los mapas:




Lo veis, ¿no?  Las civilizaciones que descubrieron el trigo y el maíz tuvieron mucho más fácil extender sus dominios en dirección Este-Oeste, con climas parecidos, y luego poco a poco extenderse hacia otras latitudes de la enorme masa terrestre de Eurasia, creando civilizaciones poderosas y bien alimentadas. 

Los americanos que descubrieron el maíz tuvieron forzosamente que desplazarse en el eje Norte-Sur, y enseguida se encontraron con problemas de climas adversos.  Aun así, la enorme ventaja de poder cultivar un cereal tan útil se extendió por todo el continente, pero mucho más lento que en Eurasia, y su avance como civilización también fue más lento.  

Esa es la razón (una de las razones) por las que la civilización europea en el s.XV era mucho más avanzada que la civilización americana, y las Carabelas de Colón surcaron el Atlántico hacia el Oeste, y no fue al revés.




Las implicaciones de la forma de nuestros continentes son enormes.  Esto es sólo un pequeño ejemplo, pero una infinidad enorme de cosas han sido claramente influenciadas por este hecho.

Si prestáis un poco más de atención al último mapa con los lugares donde primero aparecieron los cultivos de los diferentes cereales, seguro que podréis llegar a conclusiones curiosas, como por ejemplo:

  • El porqué de que seamos los españoles los que hemos inventado la obra cumbre de la gastronomía mundial, la paella.

Sí, el cultivo del arroz lo descubrieron los asiáticos, y es todavía la base de su alimentación, pero se extendió fácilmente hacia el Oeste por todo Asia y Europa, llegando hace muchos siglos a las húmedas zonas mediterráneas del levante español.  Dale todo este tiempo a los genios valencianos, y crearán algo tan sublime como la paella.


  • El porqué de que en las salas de cine de todo el mundo se comen palomitas de maíz. 


Sí, la industria del cine estadounidense nos ha convencido a todo el mundo que cine y palomitas son indisociables. Pero eso ha sido hace muy poco tiempo, décadas, y no siglos.  El maíz se extendió lentamente por el continente americano, y la innovación con la forma de cocinarlo no llegó hasta mucho más tarde, el s.XX, cuando la globalización ya hizo posible extender estas innovaciones por todo el mundo.  


  • El porqué de que en España comamos los burritos mexicanos con tortitas (o tortillas, como las llaman ellos) de trigo, y no de maíz.



Si has viajado por Latinoamérica sabrás que las tortillas de maíz, en sus múltiples variantes, son la base de la alimentación de todo el continente. El maíz, junto con otros muchos alimentos como las patatas, los tomates o el chocolate, sólo vino a Europa y Asia después de la colonización del continente americano, hace unos 500 años, y no nos ha dado tiempo a innovar tanto con estos alimentos, aunque no está nada mal lo que hemos conseguido, ¿no? Gazpacho, chocolate belga o suizo… ¡danos unos pocos cientos de años creamos alimentos geniales!

El caso es que el gusto europeo por las harinas de trigo se ha mantenido de una manera muy predominante sobre las harinas de maíz. Al fin y al cabo, llevamos miles de años comiendo trigo, y sólo unos pocos cientos comiendo maíz. Los ciudadanos europeos han importado con gusto inventos culinarios tan deliciosos como los burritos, pero preferentemente con harina de trigo, mientras que los americanos siempre los comen con harina de maíz.  El maíz perdió la batalla con el trigo en las tortillas de los burritos por la forma de los continentes.  Eso sí que no te lo esperabas, ¿eh?




En fin, podría seguir con infinidad de ejemplos todo el día, pero ahora te lo dejo a ti.  Imagina la cantidad de cosas que, sin darnos cuenta, han sido influenciadas por la caprichosa forma de los continentes en este apasionante planeta.  

Te leo en los comentarios.