Una mujer, sola, y abandonada, tendrá una vida muy difícil en un despiadado mundo de hombres. Para sobrevivir, prosperar, y quién sabe si llegar a reinar, necesitará tener buenos aliados, mejores consejos, y armas poderosas. Y con armas poderosas no me estoy refiriendo a tener dragones (aunque, claro, eso siempre ayuda), sino a una serie de armas fundamentales en toda batalla, sobre todo cuando careces de fuerza bruta. Las más importantes son la inteligencia, y la rapidez. Y para desarrollar ambas es absolutamente necesario dominar el arte de la comunicación, o en otras palabras, saber idiomas.
En estas condiciones llega al encuentro de un despiadado vendedor de esclavos, que viendo la debilidad de esa frágil mujer, pretende aprovecharse de ella. Este esclavista habla Valyrio, un idioma antiguo usado en las ciudades libres, muy diferente al que se habla como lengua común en el "mundo civilizado" de Poniente. La comunicación se lleva a cabo, por tanto, con una intérprete. El esclavista, seguro de sí mismo, se pasa todo el tiempo fanfarroneando e insultando en su idioma a esa insolente mujer, que intenta comprar un ejército de sus mejores esclavos. La intérprete se ve varias veces en un apuro, para suavizar las duras palabras de su amo, y no humillar más a esa pobre mujer.
Pero lo que no saben ninguno de los dos es que esa desvalida mujer tiene un arma secreta: el Valyrio es su idioma materno, propio de la familia a la que pertenece, y se lo enseñaron durante su infancia. Cada una de las fanfarronadas, cada uno de los insultos, es entendido, y recibido por Daenerys con resignación, para no desvelar su arma secreta hasta el momento oportuno.
El caso es que el esclavista sí que quiere algo de ella, uno de sus dragones, aún jóvenes, que será una espectacular joya en su colección de criaturas exóticas, y en el futuro uno de sus más poderosos esclavos. Daenerys se muestra resignada a perder a uno de sus preciosos dragones, que ella considera sus propios hijos, a cambio de conseguir el bastón de mando de un espectacular ejército de esclavos.
El esclavista sigue insultando impunemente a la mujer hasta el mismo momento del intercambio, cuando llega el momento de descubrir la verdad. Es el momento que ella llevaba esperando desde el principio. Daenerys les explica, en un perfecto Valyrio, que este idioma es precisamente su lengua materna. Además, tiene alguna cosa más que decirle al repugnante esclavista.
No os desvelo el final de la escena, porque es para mí uno de los momentos cumbre de toda la serie. Es mejor verla, y disfrutar:
Conocer y dominar una lengua materna, aunque sea una lengua muy minoritaria, es una de las mejores herencias que le pueden dejar unos padres a sus hijos. Es indudable que durante su vida les será muy útil. Como en el caso de Daenerys.
Pero también conocer y perfeccionar otras lenguas es un arma poderosa. Aún existiendo las posibilidades actuales de traducción simultánea, el hecho de no depender de nada ni nadie para comunicarte con quien tienes delante, aunque sea de manera rudimentaria, puede ser de vital importancia. Siguiendo con las aventuras de nuestra amada heroína, llega un momento en el que se ve sola, abandonada incluso por su propio dragón, y es capturada por una tribu de guerreros Dothraki. Hace ya tiempo que murió Khal Drogo, el que fue su marido, y nadie en esta tribu la conoce. Por su aspecto occidental nadie supone que estuvo casada con un Dothraki, la tratan como una rareza, y se la ofrecen a su líder Khal Moro para que sea su esclava sexual. Nuevamente Daenerys da muestras de su extraordinaria inteligencia y habilidad, puesto que hasta que no está en presencia del Khal, y llega el momento adecuado, no desvela que sabe comunicarse en el idioma Dothraki. La escena de la conversación por sí sola es digna de ser analizada en un curso de negociación e influencia. Aquí la tenéis para que la disfrutéis:
En aquellos días cuando estaba iniciando su vida en la tribu Dothraki, Daenerys podía haberse desinteresado por completo de haber aprendido y perfeccionado el idioma. Su marido el Khal tenía esclavas de sobra que podrían haber hecho de interpretes. Pero en ese caso, ella siempre habría estado completamente fuera de cualquier conversación, siempre a expensas de que le llegara el mensaje traducido (y por qué no decirlo, manipulado, por la persona que se lo está traduciendo).
¿Os imagináis a alguien que quiere ser poderoso, que gobierna y decide sobre el futuro de multitud de personas, dependiendo de la traducción de todas y cada una de las conversaciones? Esas conversaciones, informales, en las que a veces se toman incluso más decisiones que en las conversaciones formales. Ese momento de descanso, cuando cada uno de los otros poderosos líderes está intercambiando opiniones, y que justo ha aprovechado tu traductor para tomarse un descanso.
Ese momento, en el que te quedas fuera, en el que te quedas solo. ¿Os lo imagináis?
En fin, que hay líderes que están condenados al fracaso, la mediocridad, e incluso a la ignominia.
Pero hay líderes que tienen el poder para cambiar el mundo, a los que les espera la gloria, y para los que el destino tiene reservado un sitio en los libros de Historia. Y esos líderes saben que cualquier esfuerzo realizado para conseguir mejorar su capacidad de comunicación, nunca es en vano.
Aprender idiomas es uno de los sacrificios que mayores recompensas nos van a dar en nuestra vida. Es una de nuestras más poderosas armas. Con idiomas conseguimos afilar nuestro cerebro. Como dice Tyrion Lannister, otro de mis personajes favoritos de la serie:
"¿Que por qué leo tanto? Mi mejor arma está en el cerebro. Otros tienen espadas, pero yo tengo mi mente. Y una mente necesita de los libros igual que una espada necesita de una piedra de afilar. Por eso leo tanto"
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